Recuerdo cada Bolsa de té
que juntos compartimos, nuestro saquito metálico,
sumergiéndose, arropándose de agua recién hervida.
Y todo se vuelve almizcle, tu mirada de amielados aromas,
ese beso, fresca hierba de donde brota insurgente tu
eternidad.
Recuerdo cada caminata
acompañados del inmenso todo, aferrados y entrelazados,
perdiendo la vista en la cordillera, bailando sobre el mar.
Y me siento en tu galaxia, logro sentir a través de tus
ojos,
bajo la vista por tu cuello, siento tu piel tibia, me elevo
profundamente en tus ojos.
Estamos acá en el eterno presente del no tiempo, estamos los
dos, con ellos todos, pero los dos. Estamos en el presente extemporeo, supra,
estamos justamente ahí, eternos.
Proyecto cada Bolsa de té
que juntos compartiremos, arropados hasta los ojos,
tu silueta brotando a un paso de mí, tus cabellos
bailándoles al sol.
Y nuestra fortuna multiplicada en sentir, alienada hasta el
infinito,
cómplices admirados de lo nuestro, de lo enajenado y de lo
próximo, de nuestro camino.
Proyecto cada caminata
acompañados del inmenso todo, disparados en colores
intensos,
sintiendo el viento como si fuera el ultimo, siendo vientos,
siendo lluvia.
Y ahora soy tu galaxia y tu infinito, soy tu estrella, soy
tu sol, y te vuelcas a mí y lo eres todo y más,
Elevo mi reverente mirada entre tus pliegues, sigo sintiendo
tu piel tibia y me profundizo en tu ser.