sábado, abril 21, 2012

Caratula

Lentamente se va el sol en la Capital, rápidamente nos envuelven las luces de faros perdidos, totalmente nos refugiamos en la libertad inconclusa, furiosa, de ojos caídos y pupilas encendidas como la de rabiosos carceleros instigantes  y saboteadores. Es tan cercana la apología y el endiosamiento de criaturas abyectas, tan corto el camino y el río mas negro y encapsulador que jamas recorrí, que las caras de todos se moldean con facilidad y alegoría al semblante de quien ridiculiza sus días con pletórica inocua, con vacía vida.

jueves, abril 05, 2012

Tendedero.


Hoy colge un recuerdo, o por lo menos eso creo,
un recuerdo fugaz pero certero, un recuerdo que no aparece en sueños
de decrepitas noches fundidas a la luna,
lo colge, no lo olvide, lo colge para mantenerlo vivo, lo transforme en recuerdo.

Es un recuerdo claro, de niñez absoluta, de absoluta franqueza,
no lo colge por necesidad, lo colge para que sea un recuerdo,
lo colge para que me inste a mirarlo, a olerlo, a apreciarlo,
es un recuerdo pequeño, de poncho y cara sucia.

Fue en algun minuto una imagen, y eso hacía que no la valorizara con un sentimiento,
y me vino de pronto la gana inmensa de colgarlo en el tendedero de recuerdos,
la sorpresa fue de golpe porque no habían muchos recuerdos colgados, entonces el frío se me vino encima;
durante mucho guarde imagenes y nunca las colge, para que recuerdos sean.

Y entonces ahora me desespero buscando imágenes, buscando las fotos,
las palabras que convergen en un cuadro blanco, color, foto;
y son de un tiempo anterior, el que respiré y en el cual tranquilo reposé,
y no son recuerdos colgados, son imágenes sueltas y tiradas.

La palabra AHORA no me agrada, por que no me gusta la instantaneidad ni el tono de esa expresión.

Los recuerdos son bellos, colgados en el tendedero de un patio verde, tranquilo,
de nubes figurativas y cielos azules y potentes, colgados como cuadros completos,
para rodearlos, para abrazarlos, para sentir el frescor como si fuese el momento exacto,
como recordando a mi Madre en sus juveniles años, abrazándome con su olor a amor.

Me pondré atento a cada recuerdo que necesite ser colgado,
alzare la vista y buscare entre blancos y rojos, entre unos y otros, entre fotos y diaporamas,
intentare no pasar de largo por los momentos tirados y olvidados en el piso, en la pared, en mi bolsillo,
haré de mi tendedero el recolector de recuerdos al que acuda en momentos de ruinas mentales futuristas.