miércoles, noviembre 16, 2016

Tú y Yo, al todo del Presente.

Recuerdo cada Bolsa de té
que juntos compartimos, nuestro saquito metálico,
sumergiéndose, arropándose de agua recién hervida.
Y todo se vuelve almizcle, tu mirada de amielados aromas,
ese beso, fresca hierba de donde brota insurgente tu eternidad.

Recuerdo cada caminata
acompañados del inmenso todo, aferrados y entrelazados,
perdiendo la vista en la cordillera, bailando sobre el mar.
Y me siento en tu galaxia, logro sentir a través de tus ojos,
bajo la vista por tu cuello, siento tu piel tibia, me elevo profundamente en tus ojos.

Estamos acá en el eterno presente del no tiempo, estamos los dos, con ellos todos, pero los dos. Estamos en el presente extemporeo, supra, estamos justamente ahí, eternos.

Proyecto cada Bolsa de té
que juntos compartiremos, arropados hasta los ojos,
tu silueta brotando a un paso de mí, tus cabellos bailándoles al sol.
Y nuestra fortuna multiplicada en sentir, alienada hasta el infinito,
cómplices admirados de lo nuestro, de lo enajenado y de lo próximo, de nuestro camino.

Proyecto cada caminata
acompañados del inmenso todo, disparados en colores intensos,
sintiendo el viento como si fuera el ultimo, siendo vientos, siendo lluvia.
Y ahora soy tu galaxia y tu infinito, soy tu estrella, soy tu sol, y te vuelcas a mí y lo eres todo y más,
Elevo mi reverente mirada entre tus pliegues, sigo sintiendo tu piel tibia y me profundizo en tu ser.

lunes, septiembre 05, 2016

Recuérdalo


Recuerdas mi mano en tu mano?

Recuerdas el olor de nuestros despertares?

Recuerdas las sonrisas fulgurosas?

Recuerdas las caricias silentes?

Recuerdas los te amo?

 

Recuerdas mis labios en tu espalda?

Recuerdas el brote del amor?

Recuerdas cuando todo explotó, y nos unimos en el universo?

Recuerdas cuando brillaron mis ojos?

Recuerdas cuando tu alma se encendió?

 

Recuérdalo siempre amor mío, porque viviremos en un eterno nacer, un eterno despertar, un complemento eterno de la luz que irradiamos.

sábado, enero 30, 2016

Un viaje al sentir

El espasmo universal los volcó hacia ellos,
los toco, los atrajo de la manera que se atrae el sudor y el cuerpo,
los volcó a verse, a sentir el pálpito de la energía y la revolución,
los tiño de multicolores boreales, de auroras y de noche,
de arrebol y tornasol, los volcó al interno, los sacio y los volcó.

Noche de pasos flotantes, de interno y de estrellas revolucionadas,
¿Fuera para siempre el resplandor, eternizaríamos la sensación?
Mar de viento sur, de fuerza y de universal despliegue, abrazados por las olas y
vigilados por las piedras, silentes, cómplices y complacientes.
¿Somos energía en movimiento? Si.

La vereda fue nuestra via láctea, la tomamos y la transformamos,
Mierda! que bellos nos revolvíamos, que simple nos entrelazamos,
con que insospechada naturalidad compartimos nuestras energía,
de que manera abrazamos al cosmos quien sin más nos cogió con su manto,
sin más nos tomo y elevo, nos dejo solos, con la individualidad bella del ser.

Volvía mis ojos a los suyos, entré en sus pupilas y me encendía en su piel,
en sus manos, contorneando su oreja y mi nariz, dibujándole un beso cada ciertos pasos,
cada salto de colores, cada milésima de la enajenación temporea,
eliminamos los relojes, los segundos, eliminamos a cada uno de los otros,
nos sentimos en libertad, entendimos otra vez la libertad, nos regalamos un inmenso espacio.

Nunca me he negado al sentimiento, ni miedo le tengo, si es cuando está en su
primer estado de pureza cuando más nos muestra la belleza de lo que logran
las energías individuales sumadas, multiplicadas, alienadas en la noche,
mi piel sintiéndola, su piel sintiéndome, risueña, volcados a nosotros.
Nos volcó, nos sacio, nos volcó al interno y fuimos tornasol y arrebol.