lunes, noviembre 25, 2013

LAS SABIAS EXISTEN

Te recuerdo en el brote de un pensamiento,
tan intensa como antes, tan fucsia y rosa.
Te metes entre mis recuerdos de sabanas solas, acompañadas,
tan lejana saltas, tu voz repica, remuerde, resopla. Te recuerdo.

Engañador y traicionero me pongo, en el pensamiento,
cuanto quisiera serlo en cuerpo, volver a rozar tu respiración.
Mentiroso y embustero me siento, en cuerpo,
hiere la mirada fija, escondo mis ojos lo mas que puedo. Se sabrá.

Un segundo que no es tal, tú no estás ni a uno ni a mil metros.
Un minuto inexistente, juegas a aparecerte, juegas y ríes.
Una hora que ya no es, tu voz, tu voz, por mil veces quiero tu voz.
Un día que lejano esta,  mi mano en tu mano, como explicar ese momento. Lo sabes.

Y el sufrimiento de tus ojos, el sufrimiento de tu mente, tus ojos llorosos,
y yo sintiéndome herido, dejado, olvidado, me miraste y me lo pediste,
te vi y no lo hice, me perdí en la sosegada experiencia individualista y
hoy que ya no estás, regreso en vísceras y en sombra a esos instantes,
vuelvo y sin más veo tu pena, sin más veo mi ignorancia emocional,
sin más vuelvo a verte ir, vuelvo y no vuelves, cambias tu desolación por
profunda soledad. Fuimos certeros, fuimos la mezcolanza de la enajenación estructural.

Y la escritura se burla de mi, se burla mi mente creadora de esperanzas que solo flotan.
Te vi partir, volteaste la cara y te vi partir. Mis ojos en tu espalda sabían
que caminabas junto a la pena, que me amabas y que creías en mí.
Que creías en mi y que me amabas, que en el final de nuestro camino decidiste bien.

martes, noviembre 05, 2013

MI DIA, MI VIDA.

No existen palabras simples, ni complicadas. No existe la consecuencia, creerlo es inconsecuente con uno mismo, con el Ser.

No sé qué año mismo era, el entorno sin embargo era más natural, violado, pero natural o por lo menos no costaba nada encontrarse con árboles en medio de la urbe, se podían cruzar pampas sin temor a encontrar un gran cerco, o una gran villa exclusiva, quizás se encontraba un “futre” furtivo, solitario, de personalidad agresiva.  En retrospectiva creo que el entorno no tan solo nos afecta o suma o resta  directamente a o en nuestro carácter y nuestra personalidad, si no que, más importante aún, nos diferencia enormemente de nuestros símiles actuales, de los infantes de la edad media, y esos se diferencian de los de milenios atrás y nosotros somos, agredidos por el entorno, diametralmente distintos a todos ellos también. Lo difícil es cuando el “alma” sufre internamente también esa diferencia generacional entre pares contrapuestos y extemporáneos.

Había sol, ese sol de rayos amarillentos, el que se diluye entre las pestañas y refleja la belleza propia en sombra, sombra que nos muestra la modificación que sufrimos o gozamos, no es lo mismo una sombra en el suelo a una en un matorral. Había sol, y solíamos recorrer la pampa de cabo a rabo, de abajo a arriba, era nuestro patio, nuestro jardín, nuestro campo de batalla, era nuestra imaginación, nuestra cancha, era nuestra aventura, era en su minuto, simplemente el cerro, nuestro pasaje a la playa, aprovechando los pocos días veraniegos que la ciudad nos entregaba, a diferencia de hoy, ya que el verano es capaz de entregar un mes completo de sol. Eso es un cambio en el entorno. Fuerte, rudo, en la cara.

Ese día era cualquier día de un ciclo vivido, cualquier día de esos de sol que viví por algunos años, ese día viajé infinitamente en mi mente, admiraba las nubes, las empecé a amar, a sentir, ahora las necesito, no hay manera de no sentir deseo de abrazar una buena nube compuesta o de diluir la mente ante una nube difuminada, su contorno, su contraposición ante el celestino cielo, ante un pájaro oscuro que se ilumina con un fondo tan perfecto como el que un nube revela. Esos días yo no jugaba, yo vivía, elegía vivir y gozar, mis sentimientos eran fuertes, concluyentes, amaba ser yo, despreocupado de lo Magno, respirando hasta la medula el detalle, ese día perseguí mi bote de madera que navegaba en el estero, ese día respiraba el viento que calaba mi nariz cuando bajaba a toda velocidad el cerro sobre mi bólido trineo de madera. Ese día era cualquier día, pero eran mis días, sin censuras y sin permisos, era el entorno y era yo, y yo era el entorno del entorno, y sé que él disfrutaba de su entorno.

Y esos antiguos entornos ya no están, son, pero no están o incluso están pero ya no son, sufrieron y así lo siento, sufrieron para transformarse en el entorno de otros, y ya nunca volverán a ser lo que fueron, por que ahora son lo que son pero para otros que no soy yo. Y esos otros no serán como yo, ni pensaran lo que yo, porque su entorno, si bien esta donde estaba el mío, irremediablemente es otro entorno, el árbol ya no es árbol, el estero ya no es estero, las murallas que no existían ahora sí, tienen censura natural, la censura al camino libre que alivie los muchos días de sol que los otros y yo vivimos, ahora les crearon entornos virtuales, cegados “disfrutan”, ahora compiten, su entorno los compite y elimina al perdedor, ahora hay miedo, miedo a disfrutar lo que más tarde seguirán acabando, miedo a vivir, a despreocuparse, miedo a pensar que hoy es tu entorno y mañana, entregado a otro, ya no será el tuyo, y ese dolor, para los otros, es innecesario vivir y sentir.

Estoy incomodo, hago un pequeño movimiento y sigo incomodo.

miércoles, octubre 09, 2013

Lunas y Pájaros olvidados serán.

Dulce asesina procuradora de tus miedos,
ennegrecida al final por tu aberrante simbiosis de olvido y ocupación afectiva, corporal.
Tu técnica incólume, de basura emocional, de colapsada verborrea,
dulce olvidada, errónea manera de olvido, entrégate equivoca, te mantendré en mi asco.

En cuatro líneas caerás en el recuerdo, en 8 párrafos mantendré tu inocuidad futura.
Como un gitano maldigo tu ergonomía, maldigo en fondos con patas carnudas,
ojos de sable, labios de Nikita, asesina por naturaleza, escondida en retorica,
pulcra en tus movimientos, brutal, una vez más, brutal.

Enfrasco tu insolencia, la conservo en líneas atrevidas
la puliré, masajeare cada imagen corrosiva, cada miedo aceptado
y sin anestesia azotado contra la pared de un hogar inventado,
de un espacio asaltado, violado, gritado, llorado, dopado severamente.

Nunca la imaginación nos entrega el final completo,
por más esfuerzos que hacemos jamás tendremos el desenlace crudo
de piel roja, viva raída de sus terminaciones nerviosas, con sangre
con dolor y fiebre, con muerte de lo sin muerte, a mortis, con olvido desarropado.

Y sin embargo acá estoy, golpeándome con cada invento,
con cada espacio que recuerda lo peor, las salvajes imágenes que arrodillaron mi semblante,
las palabras son lo que son, las imágenes mucho más de lo que son,
las imágenes son infinitas, por siempre conformando el cuadro, calcan la liviandad, las plegarias.

Y del caos respiro, y de él intento aprender, de absolutismos o eternos
y simples momentos rotundos, momentos del no yo, del si tu, del complejo
panorama que acrecientan el hastío; el objeto vida
perpetuará la duda, el objeto muerte toma su historia y la precipita a ella, en ella.

Compañera de horizontes lejanos, compañera que olvidará hasta pájaros danzarines
sobre un mar bienaventurado, lleno de vida, lleno de inmensidad.
Y fácil será olvidar entonces, la ida del sol, anaranjados atardeceres, corrientes de aire
tibio que nos enmudecían, flores y arboles que nos abrazaron, olvido es muerte.

La luna se olvidara también, inmensa recordándonos que ahí estábamos, vivos.
El café, el cigarro, la comida, el llanto, la risa, el andar, el envolvernos a rabiar,
el recitar, mis miedos, tus ganas, tus miedos, mis alegrías, las historias,
el manjar, la recuperación continua, el pan, la luna y aquellos pájaros se olvidarán, certeramente morirán.

martes, septiembre 24, 2013

Recordar el Olvido Imperante


Ya son 40 años, han pasado 40 largos/cortos años, y siempre he sentido que en $hile nunca se hizo nada, los miedosos callaron, los torturados murieron, los cobardes arrancaron, los asesinos rieron… Algunos dirán que hay que olvidar, los otros de que hay que avanzar, y otros tantos de que no hay que perdonar. Olvidar – Avanzar – Perdonar. ¿Pero donde están los que ríen y se alimentan de los 17 años de oscurantismo y sangre? ¿En qué lugar dejaron su semilla y esperaron tranquilamente su germinación?... Los políticos asquerosos sacaron su tajada, y aun la siguen aprovechando, se aprovecharon de un pueblo inconsciente, y ahora se aprovechan de un pueblo dormido, casi aletargado, casi drogado, casi olvidado.

Violencia, maltrato, violación, acribillados, torturados, asesinados, rotulados, sumergidos, quemados, ensangrentados, entristecidos, electrocutados, comidos, penetrados, vaciados, miserables, perdidos, deshumanizados, y sin embargo olvidados, sin miedo entregados, sin memoria, sin risas, sin sentido, sin mensaje, sin memoria, sin memoria, sin memoria.

Brigadistas de la muerte, ocultos mostrando el terror, ocultos matando al vivo, vivos viviendo de muerte, vivos sufriendo la muerte, vivos sin memoria, holocausto caníbal, holocausto de muerte, charcos de sangre, lluvia de yagas, ruidos guturales ensordeciendo el alma, la vida se pierde, la vida no es mas que vacio, la vida desolando, la vida vacía, vida entregada a las mazmorras de sicópatas asesinos.

Son 40, 100, 500, millones los ciclos de creación apestante de humanidad, palabra tan necia como bondad, tan rutinaria como modernidad, tan abismantemente insignificante como libertad.

Ni les creo ni me creen, ni les compro, ni me venden, ni miedo les tengo ni nunca les tendré, son 40 años, son 35, 13, 7 años ó 1 día... encerrarse en el olvido y en la ocurrencia de pensar en hechos innecesarios, lo único que construye es cimientos para lo que ellos nunca olvidan, generar doctrinas absolutas, enseñanzas equivocas, falsas creencias y eternos dogmas.

Moriremos corpóreamente, siempre, bajo el somnífero momento nocturno o sobre nuestros propios vómitos asertivos de eterno hastío hacia lo que nos rodea, moriremos, más temprano o más tarde, pero a tiempo moriremos.

ACOPLE

No utilizas las huellas, no las tuyas propias, no las utilizas por qué no son proyección,
y sabes que quedaron atrás, que esas huellas van tras de ti, te rodean, ya no vacilan, te recuerdan.

Pasajeros son los dolores, no son recuerdos siquiera, son dolores, son serpientes que rodean
tu pectoral emoción, serpentean tus dolores, sin ser recuerdos serpentean en tu emoción.

Vida de música, recuerdo la melodía, la de pieza oscura, la de atardecer solitario, viendo
como el sol se marginaba del día y se disponía a replicar su luz certera en lejana tierra, lejano mar.

Miraba la lluvia, hasta que comenzó a entorpecerme, a volverse  mi rutina, volviéndose ella misma la rutina oscurecida, el agua turbia que enrarecía mi luz y des-cargaba mi No-Yo, Ja! No era ella, la lluvia.

El cerro acompaño años de saltos, de carreras, de simular guerras, el oscurantismo patriótico nos confundió, éramos niños y nos tomo como posibles seguidores de un atentado asesino, no lo fui ¿lo fueron?

Subí, subo, las paro, a veces no las pago, ni las pagué. Me llevaron, me trajeron, dormí atónito de alcohol o de cansancio, desperté perdido en ellas. Las conozco y las necesito y sus letreros siempre me sorprenden.

Verde, ella es verde o por lo menos ahora lo es, lleva mis penas, mis alegrías, mis cegadas elecciones, mis humanas insolencias, mi lápiz. Hace un rato es ella la que me acompaña hasta en los momentos en que grito mi egoísmo más abismante, ese que derrota cualquier cualidad ajena.

Cuando sumo, multiplico; pero cuando mis acciones restan, termino dividiendo-Me.

miércoles, febrero 06, 2013

Hasta El Horizonte Compañera.

Me miras, veo en tu circunferencia el placer, tus gemidos me llevan,
me lían, me envuelven; tus estrellas me siguen, me iluminan, me excitan;
nuestro silencio tiene límites, nuestra libertad crece sin límites;
nuestras cárceles parecen ser derribadas a punta de cariño, de abrazos, de infinitos besos.

Mis ganas, las tuyas, se unen, se envuelven y se cuajan,
subo por tus piernas y bajo cálidamente besando los espacios infinitos que tu cuerpo me regala,
bajo despacio, subo lento, beso tus labios, me refriego el amor que me entregas dispuesto a mas,
y me dispongo a despertar mirando tus relieves, tus gotas de libertad, tu goce en armonía.

Aprendo de tu belleza, de tus convicciones, aprendo de tus manos,
de tus ojos empequeñecidos susurrándome el amor nacido, susurrándome cariños aprendidos.

Entregué mis proyecciones al cosmos, hace un tiempo se las di para liberarme de trancas,
y entre las galaxias infinitas apareciste recalcitrante, fija en tus ideas. A tomar mi mano.

Ya no tengo dudas, increíblemente se liberó mi mente como se libera una mariposa en el límite exacto entre ser una oruga y un multicolor libre y volador, así me liberé. Con tu mano en mi mano, ya no pienso en "ellos", pienso en nosotros derribándolos a "ellos", a esos otros que no seremos nunca nosotros. Hasta el horizonte compañera, entonces ahora hasta el horizonte y mas allá; sin dudas, con certezas; sin miedos, con amores; sin trancas, con libertades; con mas besos, con mas abrazos, con mas caricias, con mas noches liberadas, con mas paisajes furibundos, con mas tardes interminables, contigo, junto a ti, junto a ella.

"Cuando caigas en mi charco voy a sumergirme en vos"

martes, enero 22, 2013

Intransigencia brutal de asesinos emocionales.

Desaparecer de la búsqueda, conciliar el sueño, amordazar el infierno,
confundir al remordimiento, apaciguar a los sulfurosos pensamientos,
revolver la lejanía, amarrar las suspicacias, vomitar las culpas.

Desenmarañar la oblicua imagen del pasado ya no vivido,
buscar el antiguo camino futurista que nunca vivirás,
remodelar las fallas estructurales de tu desenfrenada y equivoca mirada.
Culpas tienes, culpas a las que no miras, a las que, egoísmo en la mochila,
muy ligeras transportas. Culpas tienes, llantos, odios y errores de fondo.

Yo no te miraré más, ya nada hará que como antes, te explique el camino,
te lo indique e ilumine. Ya no te callé más, ya no te volví a callar, solo me callé.

Corriste, te vi correr, reíste, te vi reír, los culpabas, los vi inocentes, limpios.
Ya no hay preguntas que responder, ya no hay quejas, no hay salidas ni entradas,
mira a tu espalda y guarda de nuevo en tu mochila que te acompaña, guarda tus salidas.


Ya terminas de andar, y ahora solo te queda vivir cegada por el sistema y sus estructuras,
te camuflaras en ciertas vidas, intentando ahuyentar nuevamente tus miedos, y podrás gritar libertad,
pero la libertad encerrada en tu calavera amordazada con materia poco-gris, sabrás caer y llorar.

miércoles, enero 16, 2013

El galope de los muchos otros.


Y ni la ligera brisa hacia mas liviano su andar,
ni siquiera los monumentos que se vanaglorian de la suspicacia de algunos.
Y ni la sombra de su monstruosa alma permitía frenar,
el calor absoluto del galope azoteador de su liviandad mental.

Corrían los años miles, corrían a mil por hora, segundos,
llegaban de segundos y de últimos, nunca de primeros.
Ni nadie los esperaba, caían y caían, en su precipicio,
caían y caían, en sus cárceles, en sus cementerios.

Muchos otros hacían de vocal, otros de letras, miles otros de números,
en un momento no existente, se miraron, lloraron, lloraron y se miraron.
Los otros, amielaban sus escamas para no oler como fétidos pescados,
endulzaban su caparazón, antes bañada de odio, sangre y abuso.

Los ladridos fueron profundos, ensordecedores, de una rabia contenida,
ya no serían ellos los que recibieran latigazos, ya no serian ellos los quemados.
Se fundieron en dolor y nacieron en la lucha de volver a ser, ser de ser, de ser un ser,
y comieron sus mieles y robaron sus dulces, nuevamente vieron las escamas de esos otros.

Corrían los años miles, corrían y corrían, ya nadie podía parar, el galope de los muchos otros.